jueves, 24 de noviembre de 2011

Cra. Amalia Narváez, ¡hasta la victoria siempre!

A la amiga y compañera no-docente que al mediodía partió, dejándonos su magisterio de coherencia y lucha por las causas justas.

Mientras participaba del merecido homenaje a nuestros desaparecidos del CNBA, creía verla en lo alto, contenta y abrazada a ell@s. Y con picardía decirles: "eh, pibes...esperen que l@s acompaño, cómo me voy a perder este acontecimiento, si una jugarreta del destino quiso que estuviera acá con ustedes...haganmé el aguante que de paso me despido..."

Al decir del poeta "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles."
Por eso se dice que continúan militantes junto a cada justo reclamo y marcha se haga por mejorar la condición humana…

Les acerco un poema que la pinta en cuerpo y alma:

Poema Yugo Y Estrella de José Martí
Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:
¿Flor de mi seno, Homagno generoso
De mí y del mundo copia suma,
Pez que en ave y corcel y hombre se torna,
Mira estas dos, que con dolor te brindo,
Insignias de la vida: ve y escoge.
Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza:
Hace de manso buey, y como presta
Servicio a los señores, duerme en paja
Caliente, y tiene rica y ancha avena.
Ésta, oh misterio que de mí naciste
Cual la cumbre nació de la montaña
Ésta, que alumbra y mata, es una estrella:
Como que riega luz, los pecadores
Huyen de quien la lleva, y en la vida,
Cual un monstruo de crímenes cargado,
Todo el que lleva luz se queda solo.
Pero el hombre que al buey sin pena imita,
Buey vuelve a ser, y en apagado bruto
La escala universal de nuevo empieza.
El que la estrella sin temor se ciñe,
¡Como que crea, crece!
Cuando al mundo
De su copa el licor vació ya el vivo:
Cuando, para manjar de la sangrienta
Fiesta humana, sacó contento y grave
Su propio corazón: cuando a los vientos
De Norte y Sur virtió su voz sagrada,?
La estrella como un manto, en luz lo envuelve,
Se enciende, como a fiesta, el aire claro,
Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,
¡Se oye que un paso más sube en la sombra!
¿Dame el yugo, oh mi madre, de manera
Que puesto en él de pie, luzca en mi frente
Mejor la estrella que ilumina y mata.